Hoy he enviado un email que escribí hace 10 meses y pico.
En estos 10 meses no había reunido el valor.
Para mi era muy importante. Se trata de abrir camino en un ámbito totalmente nuevo.
O no tan nuevo, pero sí vertiginoso.
La cuestión es que hoy lo he mandado y ¿sabes lo que ha pasado?
Exacto.
No ha pasado nada.
No sé si contestarán, si no contestarán o qué pasará con todo esto.
La cuestión es que yo pensaba que si le daba al botón de “Enviar” literalmente me moriría y, como te estoy escribiendo esto, intuyo que no me he muerto.
No ha sido hoy más fácil que si lo hubiera mandado hace 10 meses, ¿eh?
No se ha vuelto fácil.
Solo se ha vuelto insoportable la losa de no hacerlo.
Deja de darle vueltas.
Incertidumbre, vaya..
Luego fue con gusto. Tomando acción, ordenando mis espacios según mis necesidades y disfrutando de esa suerte que es poder compartir techo con tus padres como adulto.
Un regalo de la vida.
Hazlo.
Decide.
No te vas a equivocar.
Es imposible.