Una clienta me dijo que cuando me escuchó por primera vez en el podcast, no me soportaba.
Que le daba rabia lo que decía y pensó que era una flipada.
Nada me puede hacer más ilusión.
No es por el hate en sí, que también daría para otro melón.
Es por el meneo del alma.
La sacudidita mental.
A esta tía, con 12 años de experiencia pasando consulta, le removía que alguien dijera sin pelos en la lengua que se puede vivir de otra manera.
Que no hace falta estar atada a las consultas.
Que la gente está dispuesta a pagar salud, si tú aprendes a vender salud.
La suerte que tuvo ella, es que a pesar del rechazo inicial, se quedó.
Le picó la curiosidad.
Y unas semanas después decidió contratar.
Y 6 meses después tiene un negocio nuevo.
Con el que trabaja la mitad, cobrando lo mismo.
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