“La revolución será emocional o no será.”
Esta frase la decía Ire Martín hace tiempo en uno de sus emails.
Me encantó como reflexión y es que ya sabes que, de vez en cuando, me gusta abrirte mi corazón:
A veces me desconecto del marketing de mi negocio.
Esa desconexión significa no escribir newsletters, no publicar en Instagram contenido estratégico…
Lo dejo de hacer porque me centro en otras cosas a nivel negocio (o a nivel vida) y simplemente tendría que trabajar más de lo que quiero para poder sostenerlo.
Y no.
Quiero trabajar lo justo, lo que me llene, lo que me aporte. Si en esos momentos me fuerzo, trabajo desde un lugar nada agradable, que ya NO estoy acostumbrada a pisar.
¿Y sabes qué pasa cuando dejas de publicar?
NO PASA NADA.
Mi facturación no lo resiente, mis clientes no lo resienten.
Sus resultados y mis resultados no se ven afectados negativamente.
Más bien todo lo contrario, porque mi energía está enfocada en mis prioridades.
Las primeras veces que lo haces da miedillo: qué van a pensar, se olvidarán de mí, pensarán que solo quiero venderles…
Pero en seguida le coges el gusto porque ves lo BIEN que te sientes cuando respetas tu trabajo al 100%.
Y también ves que ni se han olvidado de ti, ni había tanto drama en no enviar emails o posts de instagram durante unas semanas o meses.
(Sí, o meses).
Porque la base de tu negocio no está ahí.
La base de tu negocio es:
- Conocerte a ti mismo.
- Dominar tu diferenciación y mensaje
- Implementar una estrategia de venta