Hace unas semanas, en Dórico (el programa de mentorización grupal), le dije literalmente a una clienta: “anda, vete por ahí”.
No dije “vete a c*gar” porque me reprimí en el último microsegundo.
Sintiéndolo mucho no te puedo dar todos los detalles por dos razones:
- La primera es que a estas alturas del programa, están tan avanzadas en la mentoría que para explicarme bien necesitaría mucho contexto. Muchas palabras. Y prefiero que utilices tu día de otra manera.
- La segunda es que realmente da igual. Los detalles no importan.
Importa que ella venía con una movida mental.
Un “no puedo, esto me da mucho miedo”.
Le hice 3 preguntas y vi que se estaba autoengañando.
A estas alturas del programa, reconoció rapidísimamente dónde estaba el error. Así que:
La mandé por ahí.
Se rió.
Se le quitó el miedo.
Eso es lo único que importa.
Que una cosa que a ti te puede estar acojonándote desde hace días, semanas o meses, se la cuentas a alguien que sabe lo que se dice con esto de los negocios y en unos minutos desaparece el problema.
“Mi caso es más difícil”
“A mi no sé si me vas a entender”
“Conmigo no funcionaría”.
Mira, no.
Llevo años ayudando a clientes y los problemas son siempre los mismos.
Nos creemos únicos en el universo y será verdad para tu madre, tu pareja y tus hijos, pero para los problemas de negocio, no.
Tu caso, tu miedo, tu movida es igual al de mis clientes.
No a todos, no.
A algunos.
Cada uno los suyos.. pero al final todos se resumen en 10 o 15 casuísticas diferentes y las de negocio me las sé todas.
Si quieres enterarte de todo lo que sucede en la Academia (retiros, cursos y demás), suscríbete a la Academia de Negocios de Salud Integrativa.