Te planteas hacer una inversión y le das vueltas y vueltas y más vueltas por si es exactamente lo que necesitas, por si vas a ver resultados, por si no será un timo o te estarán vendiendo humo…
Mira sí, te van a timar.
Vas a comprar cosas con las que te vas a equivocar.
Vas a comprar cosas que no necesitabas realmente.
La vida va de eso: de equivocarse.
Y lo que no entienden la mayoría de personas (pero estoy segura de que tú sí), es que te vas a equivocar independientemente de lo que tardes en decidir.
Equivócate rápido y llegarás antes al éxito.
Mira las veces que se cae un bebé cuando empieza a andar.
Si tienes la suerte de tener uno cerca cuéntalas, de verdad.
Y va el bebé y vuelve y se cae y vuelve y otra y otra y otra…
Hasta que un día aprende.
Imaginas al bebé diciendo “no, espera, voy a pensar a ver si el siguiente paso es así con esta inclinación, porque no estoy 100% seguro…”.
Sería ridículo.
Pues igual de ridículo es todo el tiempo que invertimos en sobre-pensar las cosas.
Igualito.
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