Una persona con SIBO (o pon aquí lo que quieras) que lo pasa fatal, está ganando peso, no puede comer nada fuera de casa, en casa tampoco demasiado… todo el día piensa en qué comer y cómo comerlo y está desarrollando cierta obsesión. Se siente cansada 24/7 y ha dejado de hacer cosas que le gustan, se mueve menos… ya sabes.
Le da pereza ir a un nutricionista, el médico no le sabe decir más y piensa que bueno, para que le limiten cosas, pues ya después del verano porque ahora quiere intentar disfrutar un poco.
Llega septiembre, entre que se pone y no.. pues ya es octubre. Puente, black friday… y en El corte inglés ya es Navidad.
Total que finalmente contrata a un nutricionista en febrero.
En 3 meses se empieza a encontrar mejor y un día, con toda su energía renovada piensa “por qué no empecé antes?”.
No empezó antes porque meses atrás no estaba teniendo en cuenta el coste de oportunidad.
Resolver un problema de salud no afecta solo a los 3 o 6 meses que necesites para sanarlo.
Afecta a todo el tiempo que llevas normalizando tu enfermedad.
Todo lo que te estás dejando por hacer.
Con tu negocio pasa exactamente lo mismo.
Muchas veces estamos normalizando negocios enfermos.
Negocios que no son rentables, que se comen tus ganas de trabajar, pero como estás tan metido en el problema ni siquiera ves que es un problema.
Piensas que es “lo normal”.
La sociedad te dice que “emprender es duro” y tú pues para adelante con el mensaje.
Y como además no ves solución fácil…
Obviamente no vas a ver la solución jamás desde el mismo nivel desde el que creaste el problema.
Claro que no sabemos resolver los mismos problemas que creamos.
Claro.
Pues igual que tú deberías decirle a tus clientes que esa hinchazón, ese no poder comer de nada, y ese sentirse sin energía todo el santo día NO ES NORMAL,
Te digo yo a ti que tener un negocio que te da lo justito para pagar las facturas, o que te deja muy poquitas horas libres, NO ES NORMAL.
“Es que emprender….”
No es normal.
“Es que en mi caso…”
No lo es.
“Es…”
Que no lo es.
Te pongas como te pongas.
Es común, sí. Pero no es normal.
Igualito que las malas digestiones.
Sabiendo esto pues ya tienes 2 opciones:
Seguir normalizando lo innormalizable.
O empezar a poner remedio.
Pero remedio con visión integrativa, eh? nada de la pastillita y a casa 😉
Y eso en negocios se llama mentoría.