Un móvil de 1.200 €
Un coche de 20.000 €
Una casa de 100.000 €
Una cena de 100 €
Una caldera rota: 3.000 €
Una multa de 200 €
Un portátil de 1.500 €
Un viaje de 4.000 €
Unas zapatillas de 140 €
Las personas tenemos diferentes prioridades a lo largo de nuestra vida.
Utilizamos el dinero como una herramienta para conseguir lo que queremos.
Depende de cómo haya sido tu educación verás normal unos gastos u otros.
La gente SÍ tiene dinero. Claro que sí.
Tienen internet, un teléfono, ropa, una casa, se van de vacaciones, salen a cenar o de fiesta…
Lo que pasa es que lo priorizan en base a sus creencias.
Igual que tú lo priorizas en base a las tuyas.
Pensar cosas como “la gente no quiere invertir en mi servicio”, o “no quieren invertir en salud” o “no priorizan su salud”, es una actitud muy cómoda ante un problema que te puedas estar encontrando.
Lo que la gente no quiere es volver a pagar un servicio para quedarse en unos meses igual. No quieren pagar para nada. No quieren pagar otra vez, por lo mismo que no les ha funcionado.
Y yo sé que tú eres diferente.
¿Lo sabes tú?
¿Lo comunicas y aplicas así de manera drástica en tu negocio?
Si te atascas con tus precios, el problema no son tus precios, sino lo que les envuelve.
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