Hoy te traigo una reflexión sobre el dinero y las emociones que nos despierta a los humanos.
Cuando inviertes en ti, en tu negocio, en tu desarrollo… se empiezan a requerir sumas bastante importantes de dinero.
Las formaciones que realmente te van a generar cambios importantes cuestan 3.000, 5.000, 10.000 €…
Y es una suma importante de dinero.
Muchas personas tienen apenas esas cantidades ahorradas en sus cuentas.
Y otras muchas necesitan pedir el dinero a algún familiar o banco para poder dar el paso.
Es algo serio.
Y en el momento de tomar la decisión se te vienen todos los temblores, todos los miedos.
Por un lado, ves claro que necesitas tomar acción para cambiar tus resultados.
Por otro lado, el miedo te invade, “¿realmente podré conseguirlo?” “¿y si sale mal y lo pierdo todo?”
Es como que sabes dónde está la solución, sabes hacia dónde has de ir, pero hay una mezcla entre emoción máxima por todo lo que puedes conseguir y acojonamiento absoluto por si no lo consigues.
Lo que en ese momento no ves, es todo lo que pierdes por quedarte donde estás.
Por ponerte un ejemplo, nos da miedo invertir 5.000 € en aprender a generar 3.000 € extra al mes, pero vivimos bien con los 5.000 € en el banco a pesar de estar perdiendo esos 36.000 € (3.000 x 12) anuales que ahora no sabemos generar.
¿Me explico?
Ponte que las cosas van muy mal y solo lo consigues la mitad de los meses el primer año. Igualmente son 18.000 €.
Ponte que eres un auténtico desastre absoluto (en plan, récord de desastre) y solo lo consigues 2 meses. Serían 6.000 €. Aún así estarías ganando 1,000 €
Entonces, si a nivel cognitivo lo entendemos y tiene todo el sentido… ¿por qué nos cuesta tanto dar el paso?
Porque le damos demasiada importancia a nuestra mente.
Si toda la energía que empleas pensando, dándole vueltas y dudando, la emplearas en aplicar todo lo que aprendes, en 6 meses serías una persona nueva.
Recibe un artículo mejor que este cada día en tu bandeja de entrada: suscríbete a la Academia de Negocios de Salud Integrativa.
