La mayoría de nutricionistas y terapeutas con los que hablo están un poco saturados con sus negocios.
O bien facturan guay, pero curran demasiadas horas.
O bien no terminan de lanzarse y confiar del todo.
En cualquier caso, sienten el negocio como una lucha agridulce: les apasiona su trabajo y poder ayudar a los demás pero a la vez se pierden ellos mismos en el camino.
En un retiro como el que vivimos el pasado enero lo que hacemos es romper con esa lucha.
Desconectar de las obligaciones para conectar contigo como profesional y como persona.
Descubrir que eso que te limita tiene nombre y apellidos… y aprender a darle la vuelta.
Calma interna, seguridad.
NO es un retiro de desarrollo personal.
NO es un retiro de hacer crecer tu negocio.
Es un retiro para que trasciendas las limitaciones personales que impiden específicamente que tu negocio crezca y aprendas herramientas para potenciarlo.
Yo he participado como asistente en uno de este estilo y me cambió la vida. Me permitió tomar decisiones que siguen afectando mis resultados a día de hoy.