Hace varios findes me fui a Madrid. Tenía la entrada comprada para un concierto desde hace un par de meses.
Si me sigues por Instagram sabrás que salir de mi rutina y de mi isla me gusta más bien poco.
Y en esas fechas, como Pluma (mi perrita) seguía malita, me gusta todavía menos.
El jueves antes del viaje me agobié bastante, no quería ir.
Tenía demasiadas cosas en la cabeza y pensé que ir haría que a la vuelta todo estuviera peor… ya sabes.
Así que llamé a mi amiga Laura, se lo conté, me escuchó y me apoyó.
“Haz lo que necesites, cari”.
Me sentó tan bien la conversación que dije “mira, voy y si me agobio me cojo un vuelo antes y listo”.
Y fui.
Y fue el mejor concierto de mi vida.
Me lo pasé increíble.
Reí muchísimo, y bailé y me emocioné…
También encontré un DJ que parecía mi hermano gemelo con sus gustos musicales. [Esto fue muy TOP]
Desconecté de todo por un momento (o de casi todo, porque me llegaban noticias reguleras de casa) y volví con las pilas cargadas para poder seguir sosteniendo lo que se mueve por aquí.
Así que este artículo es solo para recordarte que, si en algún momento te ves superada por el agobio en cualquier tema… muchas veces la solución es dejarlo todo un momentito.
Es contraintuitivo, porque ¿cómo vas a dejar de prestarle atención a lo que te preocupa?
Pero funciona.
¡Ya te digo!
Así que si por lo que sea sientes que lo necesitas hoy: mándalo todo a paseo un ratito, haz lo que te dé la gana con tu día y disfruta.
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