Hacer por hacer, hacer mal o no hacer nada
Hace unos meses daba la bienvenida a 3 clientas nuevas de la mentoría individual.
Una de ellas estaba agobiadísima.
Dios mío.
Quería que le diera faena, que le dijera lo que tenía que hacer y ponerse a currar ya de ya porque su negocio lo necesitaba.
Porque quería ver resultados.
Tu negocio necesita foco, no más horas
En el evento presencial de Menorca de hace unos meses propuse un ejercicio muy potente.
En ese momento no sabía que era tan potente, sabía que estaba guay, pero no tanto.
Atento a lo que pasó.
Claro que puedes: solo necesitas un plan
Claro que puedes.
Esa ha sido la frase que tatuamos metafóricamente en las clientas que vinieron al presencial en Menorca hace unos meses.
Que nuestro mayor demonio está en nuestra mente, es evidente. Sí.
Que me da igual tu pasado.
Tus traumas no superados.
El mejor momento para actuar es ahora
De vez en cuando me cancelan alguna sesión. Pasa poco, pero pasa.
Y la razón siempre es la misma: es que ahora tengo encima X proyecto y he pensado que no puedo asumir una cosa más.
Donde pone “X proyecto” ponle una mudanza, obras en casa, la creación de la web, terminar no se qué formación o lo que sea.
Da igual.
Equivócate rápido y llegarás antes al éxito
Te planteas hacer una inversión y le das vueltas y vueltas y más vueltas por si es exactamente lo que necesitas, por si vas a ver resultados, por si no será un timo o te estarán vendiendo humo…
Mira sí, te van a timar.
El poder de hacer menos para ser más
La Ley de Manson de la Evasión dice:
“Cuanto más amenaza algo tu identidad, más lo evitarás”.
Es decir, cuanto algo más te puede acercar a cambiar tu propia percepción de ti mismo, más vas a evitar decidirte a hacerlo.
Lo que te mete en problemas
“No es lo que no sabes lo que te mete en problemas.
Es lo que sabes con certeza y no es así.”
Esta es una frase de Mark Twain.
Lo que pasa es que la frase tiene trampa y es casi imposible pillarse a uno mismo.
Porque a la que intentes asumir algo, ya la has liado.
Cambia tu enfoque: menos es más
El lunes vi a una clienta con la que hacía meses que no trabajaba.
Me ha vuelto a comprar.
Es lo que pasa cuando entregas programas que funcionan.
La cuestión es que nada más empezar me dice: tenía ganas de volver y a la vez no, porque sé que me vas a mandar faena.
Lo que te frena no es tan especial como crees
Hace unas semanas, en Dórico (el programa de mentorización grupal), le dije literalmente a una clienta: “anda, vete por ahí”.
No dije “vete a c*gar” porque me reprimí en el último microsegundo.
Que el estándar de otros no defina el tuyo
El verano de 2018 miré la cuenta del banco medio tapándome los ojos con la mano.
75 €.
Había un pico que no recuerdo.
Y a parte de eso debía dinero, ¿eh?
Mi situación financiera era una auténtica mierda. Sin matices.