Claves para la consistencia en tu negocio

En el artículo de ayer te contaba que cuando trabajas por picos de motivación, lo normal es que no tengas la consistencia suficiente y por tanto, tus clientes no terminen de comprarte.

El problema es que cuando estamos rodeados de dudas, infoxicación y demás… es muy fácil funcionar a picos de trabajo.

Encuentras la luz: TRABAJO A TOPE.

Te hundes: paro unas semanas o meses.

Y así… el avance se da por otras líneas, como el boca a oreja, ya que en atender a tus clientes sí eres consistente.

La inconsistencia te hace perder clientes

Te levantas una mañana muy motivada… por la razón que sea.

Y empiezas a accionar.

Coges esa lista de tareas que llevas tiempo posponiendo y te pones una tras otra.

Cuando tu vida personal se come la profesional

Lo fácil es escribir las cosas con perspectiva, cuando ya todo ha pasado, cuando estás arriba de la montaña y casi no recuerdas lo que has sudado para subir.

La realidad es que a veces nos encontramos a mitad de camino y pasan cosas y nos reponemos como buenamente podemos.

Allá cada uno con su gestión emocional.

El impacto de tus creencias financieras

Hace varios findes estuve con dos de mis amigas de concierto.

Ellas no emprenden como tú y como yo.

Tienen un trabajo por cuenta ajena desde que terminamos la universidad, trabajan de 9 a 5 (o 6), tienen vacaciones limitadas… ya sabes.

Por si te pica la curiosidad te diré que son arquitectas.

La cuestión es que a pesar de que no tengan un emprendimiento como tal, manejan su dinero como un par de máquinas, invierten y emprenden a su modo y les va genial.

Así que en nuestros encuentros siempre sale el tema del dinero. Me encanta hablar de dinero y si es con amigas, más.

Cuando desconectar es la mejor solución

Hace varios findes me fui a Madrid. Tenía la entrada comprada para un concierto desde hace un par de meses.

Si me sigues por Instagram sabrás que salir de mi rutina y de mi isla me gusta más bien poco.

Y en esas fechas, como Pluma (mi perrita) seguía malita, me gusta todavía menos.

El jueves antes del viaje me agobié bastante, no quería ir.

Tenía demasiadas cosas en la cabeza y pensé que ir haría que a la vuelta todo estuviera peor… ya sabes.
Lo que la gente no quiere es volver a pagar un servicio para quedarse en unos meses igual. No quieren pagar para nada. No quieren pagar otra vez, por lo mismo que no les ha funcionado.

Cómo las prioridades influyen en la inversión

Pensar cosas como “la gente no quiere invertir en mi servicio”, o “no quieren invertir en salud” o “no priorizan su salud”, es una actitud muy cómoda ante un problema que te puedas estar encontrando.

Lo que la gente no quiere es volver a pagar un servicio para quedarse en unos meses igual. No quieren pagar para nada. No quieren pagar otra vez, por lo mismo que no les ha funcionado.

Facturar 5.000€: ¿compromiso o excusas?

Me encanta cuando las profesionales con las que hablo tienen las cosas claras.

Tipo “quiero facturar 5.000 € extra al mes”.

Y con esa premisa, se ponen en buenas manos para hacer los cambios que toca y conseguir su objetivo.

Hasta aquí todo en orden. Es un proceso relativamente sencillo y las cosas “pasan”. Parece magia.

Luego entran los PEROs.

Una visión integrativa también para tu negocio

Si te digo que lo que trabajamos en Gaudea es un Marketing Integrativo, seguro que lo entiendes.

¿O no?

Cuando algunos profesionales se empeñan en mirar la salud a trocitos, a muchas de mis clientas les da la risa:

¿Cómo que la nutrición no influye en enfermedades como el hipotiroidismo, la diabetes o el cáncer?

Cómo mi negocio cambió con mi mentalidad

En 2018 acababa de aterrizar en el mundo de los negocios digitales. No tenía ni idea de lo que era tener y gestionar un negocio sin morir en el intento por cualquier causa.

Decidí invertir en una mentoría top.

12 meses de mentorización.

4 eventos presenciales.

Objetivo: facturar 10.000 € al mes.

Precio: 11.000 € + IVA.

Ahí que me fui.

Valiente.

Creo que la decisión fue adecuada, necesitaba ese entorno, esa visión, esas herramientas…

Ya te adelanto que no conseguí (ni de lejos) el objetivo que me había marcado.

De 1.000 a 10.000: Paso a Paso

Cuando empecé a emprender, quería facturar 1.500 €/mes. Con eso ya superaba mi sueldo por cuenta ajena y me hacía muy feliz. Además trabajaba menos horas.

Unos meses después me di cuenta de que con los gastos, se me quedaba en nada, así que fui a por los 3.000.

Al tiempo pensé que era mejor ir a por los 5.000 €. Un año después, me propuse por fin los 10.000 € y ahora me parece “normal” facturar 20.000 € cada mes.

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